Nuevos héroes

En el Siglo XX nace un nuevo tipo de héroe. Mientras que en occidente se vive una pérdida de la religiosidad tradicional sustituida por un culto reverencial a la ciencia, el imaginario humano sigue soñando héroes a tono con esta nueva medida.

Los héroes del comic.

En 1938 nace Superman, de la mano de Jerry Siegel y Joe Shuster, el primero y más icónico de todos. Con su capa roja y su malla azul. No es hijo de dioses, es más, es un extraterrestre, un concepto nuevo.

A él le seguirá la Antorcha Humana, un androide; Namor, más al uso mitológico, hijo de humano y atlante, un habitante de las profundidades del océano y el Capitán América, joven frustrado por su debilidad física que le impide alistarse en la Segunda Guerra Mundial, se brinda a ser objeto de un suero experimental  que le confiere una fuerza extraordinaria.

A estos irán sumándose nuevos héroes, que tras la bomba atómica tomarán un nuevo rumbo: los hijos del átomo. Spiderman es un joven estudiante que es mordido por una araña radioactiva en su laboratorio.

Y de allí a un nuevo concepto, ya de la mano de Stan Lee, el gen mutante. Un salto evolutivo de la raza humana producto de la radiación liberada tras la Segunda Guerra Mundial. El Gen-X.

Puede que la Patrulla X como la llamaban en mi infancia, X-Men, sean mis héroes favoritos. Anónimos, marginados, entregados al desarrollo de sus superpoderes y dispuestos a salvar a la humanidad sin esperar ningún reconocimiento a cambio. Esto es común a casi todos ellos, el anonimato, la recompensa cero por sus acciones heroicas. Solo la secreta satisfacción moral del deber cumplido y el superpoder que es a la vez orgullo y en muchos casos castigo. Cíclope, condenado a las eternas gafas para no quemar a nadie. La Bestia, con sus enormes pies. El Ángel con sus alas plegadas y sujetadas con correas, enamorado platonicamente y sin esperanza de Jean Grey…

El héroe es necesario en el imaginario humano, es reflejo exacerbado de virtudes y defectos, es espejo y guía. El héroe nos hace soñar con tiempos mejores, más nobles y justos. Con la prevalencia del bien sobre el mal. Con el triunfo de la virtud y la nobleza humana. En tantas ocasiones es un muchacho tímido sin habilidades sociales sobre cuyos jóvenes hombros descansa la seguridad de la humanidad… Nos hace desear ser mejores, más valientes y generosos.

Y esto me lleva a otro mátiz importantísimo del héroe: el héroe caído. Star Wars de George Lucas, una vez más. Anakin Skywalker-Darth Vader, dotado por poderes místicos, el cual, tras caer en el Lado Oscuro, es redimido en el último momento por la fe de su hijo. Conmovedor.

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